Esta novela, ambientada en una gran ciudad de Egipto en la primera mitad del siglo xx, tiene como punto de partida el asesinato de una jovencísima prostituta. Pero la consiguiente investigación policial no sigue los derroteros de la novela negra sino que se convierte en una exposición de filosofía práctica, mediante la cual Albert Cossery nos lleva de la mano a otro mundo —mental y geográfico— y nos sumerge en las andanzas de sus personajes habituales: putas, filósofos, mendigos, policías, traficantes… todos ellos pintorescos y ejemplares, y por lo tanto memorables.

No, no es esta una novela sobre el Egipto de los faraones sino sobre sus «bajos fondos»: sus calles, sus gentes y su sabiduría milenaria, y la voz de quien nos guía por ese laberinto de lugares y pensamientos está empapada de un sano desdén por las cosas que tanto parecen importar a muchos humanos. En Mendigos y orgullosos, como en el resto de su obra, Cossery nos muestra que el poder es sobre todo, y ante todo, ridículo. Y que solo la alegría de vivir importa.

Albert Cossery nació en El Cairo en 1913 y murió en París en 2008. Tras numerosos periplos por los Estados Unidos y Europa termina instalándose en 1945 en un céntrico hotel de París, donde vivió hasta su muerte. A orillas del Sena cultivó su célebre y sana pereza además de su amistad con Lawrence Durrell, Albert Camus, Jean Genet, Juliette Greco, Alberto Giacometti o Boris Vian, por citar a algunos.

Mendigos y orgullosos - Albert Cossery

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Esta novela, ambientada en una gran ciudad de Egipto en la primera mitad del siglo xx, tiene como punto de partida el asesinato de una jovencísima prostituta. Pero la consiguiente investigación policial no sigue los derroteros de la novela negra sino que se convierte en una exposición de filosofía práctica, mediante la cual Albert Cossery nos lleva de la mano a otro mundo —mental y geográfico— y nos sumerge en las andanzas de sus personajes habituales: putas, filósofos, mendigos, policías, traficantes… todos ellos pintorescos y ejemplares, y por lo tanto memorables.

No, no es esta una novela sobre el Egipto de los faraones sino sobre sus «bajos fondos»: sus calles, sus gentes y su sabiduría milenaria, y la voz de quien nos guía por ese laberinto de lugares y pensamientos está empapada de un sano desdén por las cosas que tanto parecen importar a muchos humanos. En Mendigos y orgullosos, como en el resto de su obra, Cossery nos muestra que el poder es sobre todo, y ante todo, ridículo. Y que solo la alegría de vivir importa.

Albert Cossery nació en El Cairo en 1913 y murió en París en 2008. Tras numerosos periplos por los Estados Unidos y Europa termina instalándose en 1945 en un céntrico hotel de París, donde vivió hasta su muerte. A orillas del Sena cultivó su célebre y sana pereza además de su amistad con Lawrence Durrell, Albert Camus, Jean Genet, Juliette Greco, Alberto Giacometti o Boris Vian, por citar a algunos.