H. P. Lovecraft
Un tenue éter indeterminado - Hongos de Yuggoth
Pre Textos

Páginas: 118
Formato: 22x14x1
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 9788417830823

No logro vincularme a lo nuevo y prosaico pues vi la luz primera en una ciudad vieja; recuerdo a mi ventana la hilera de tejados que descendían a un puerto soñador, pintoresco, los portales tallados con el sol del ocaso bañando claraboyas y vitrales de puertas, las torres georgianas con doradas veletas. Oh visiones que ahormasteis los infantiles sueños, fuisteis fermento cauto de esplendores que aún restan y escapan la lazada de otros vanos espectros sonámbulos, adultos, sin fe, que con incierto paso rondan los muros del cielo y de la tierra: Cortad ya las cadenas del instante y yo sea libre y pueda medirme a solas con lo eterno. H.P. Lovecraft no es sólo autor de uno de los más exitosos ciclos de literatura fantástica de todos los tiempos. El universal creador de Cthulhu y Shub-Niggurath fue además un comprometido poeta. Únicamente cuando frisa la treintena y viene de conocer a Lord Dunsany, el narrador comienza a imponerse. Sin embargo, en 1929, cuando ya han visto la luz La llamada de Cthulhu o El color venido del espacio, el divorcio y la recuperada soledad en Providence traerán de la mano a la poesía. Hongos de Yuggoth es un compendio en verso de sus ideas artísticas, así como una declaración de amor a la imaginación. Ateo empedernido y profeta de la insignificancia humana, si Lovecraft entreabrió una puerta a la esperanza, lo hizo desde luego en estos versos.

Un tenue éter indeterminado - Hongos de Yuggoth

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No logro vincularme a lo nuevo y prosaico pues vi la luz primera en una ciudad vieja; recuerdo a mi ventana la hilera de tejados que descendían a un puerto soñador, pintoresco, los portales tallados con el sol del ocaso bañando claraboyas y vitrales de puertas, las torres georgianas con doradas veletas. Oh visiones que ahormasteis los infantiles sueños, fuisteis fermento cauto de esplendores que aún restan y escapan la lazada de otros vanos espectros sonámbulos, adultos, sin fe, que con incierto paso rondan los muros del cielo y de la tierra: Cortad ya las cadenas del instante y yo sea libre y pueda medirme a solas con lo eterno. H.P. Lovecraft no es sólo autor de uno de los más exitosos ciclos de literatura fantástica de todos los tiempos. El universal creador de Cthulhu y Shub-Niggurath fue además un comprometido poeta. Únicamente cuando frisa la treintena y viene de conocer a Lord Dunsany, el narrador comienza a imponerse. Sin embargo, en 1929, cuando ya han visto la luz La llamada de Cthulhu o El color venido del espacio, el divorcio y la recuperada soledad en Providence traerán de la mano a la poesía. Hongos de Yuggoth es un compendio en verso de sus ideas artísticas, así como una declaración de amor a la imaginación. Ateo empedernido y profeta de la insignificancia humana, si Lovecraft entreabrió una puerta a la esperanza, lo hizo desde luego en estos versos.