Lutero expone una visión profundamente crítica de las prácticas económicas del capitalismo naciente de su tiempo y les opone una ética radicalmente evangélica que pone en cuestión los fundamentos mismos del capitalismo. Su crítica radical tiene una indudable pertinencia en nuestros tiempos de hipertrofia financiera.

Martín Lutero, el iniciador de la reforma protestante, vivió en una época de grandes cambios económicos y sociales que presenció, entre otras cosas, el nacimiento del capitalismo moderno. Algunas de las prácticas comerciales que empezaban a imponerse creaban una gran inquietud a las gentes, que a menudo no sabían qué actitud tomar ante ellas de acuerdo con los principios éticos del cristianismo. Lutero asumió la tarea de aconsejar a los cristianos de su tiempo con varios textos sobre el comercio y la usura, que aquí presentamos. El préstamo con interés, el monopolio, la compra de renca y otras muchas prácticas financieras son examinadas por la crítica mirada del reformador, que las condena sin paliativos basándose en los puros principios del Sermón de la Montaña y en la más radical actitud evangélica. Su acerada crítica, aunque calificada por muchos de poco realista y contraria a la marcha de los tiempos, tiene hoy, por su misma radicalidad, un indudable atractivo por cuanto supone una alternativa rotal al concepto de la economía universalmente aceptado y ofrece, cuando menos, interesantes elementos de reflexión en estos tiempos de crisis económica y caos financiero.