Romulus Hillsborough
Shinsengumi - Los últimos samuráis del Shogun
Satori Ediciones

Páginas: 290
Formato: 23x16x2
Peso: 0.6 kgs.
ISBN: 9788417419219

La caída del régimen Tokugawa, que gobernó Japón durante dos siglos y medio (1603-1868), fue el hecho más importante de la historia japonesa moderna. Este convulso periodo, conocido como Restauración Meiji, comenzó con la feroz oposición de los samuráis a la apertura de la hasta entonces aislada nación a los «bárbaros occidentales» decretada por el shogun en 1854. A pesar de ser inevitable, la apertura del país fue considerada un signo de debilidad y los samuráis, bajo el lema «expulsar a los bárbaros», conspiraron para derrocar al shogun y restaurar el poder imperial. Al grito de «castigo del Cielo» blandieron sus espadas contra los leales al shogunato y desataron una ola de terror cuyo epicentro fue Kioto, la capital imperial, donde los asesinatos se sucedían de manera descontrolada. A finales de 1862, hordas de airados samuráis renegados habían convertido las calles de la ciudad en un mar de sangre. El gobierno, desesperado por detener el terror, formó un grupo de guerreros expertos en el manejo de la espada que recibió el nombre de Shinsengumi y cuya única misión era eliminar a los enemigos del shogunato. Con una brutalidad libre de ataduras y permiso oficial para matar, el Shinsengumi se convirtió en sinónimo de terror.

Shinsengumi - Los últimos samuráis del Shogun

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La caída del régimen Tokugawa, que gobernó Japón durante dos siglos y medio (1603-1868), fue el hecho más importante de la historia japonesa moderna. Este convulso periodo, conocido como Restauración Meiji, comenzó con la feroz oposición de los samuráis a la apertura de la hasta entonces aislada nación a los «bárbaros occidentales» decretada por el shogun en 1854. A pesar de ser inevitable, la apertura del país fue considerada un signo de debilidad y los samuráis, bajo el lema «expulsar a los bárbaros», conspiraron para derrocar al shogun y restaurar el poder imperial. Al grito de «castigo del Cielo» blandieron sus espadas contra los leales al shogunato y desataron una ola de terror cuyo epicentro fue Kioto, la capital imperial, donde los asesinatos se sucedían de manera descontrolada. A finales de 1862, hordas de airados samuráis renegados habían convertido las calles de la ciudad en un mar de sangre. El gobierno, desesperado por detener el terror, formó un grupo de guerreros expertos en el manejo de la espada que recibió el nombre de Shinsengumi y cuya única misión era eliminar a los enemigos del shogunato. Con una brutalidad libre de ataduras y permiso oficial para matar, el Shinsengumi se convirtió en sinónimo de terror.