Juan Forn
Ningún hombre es una isla
Emecé editores

Páginas: 272
Formato: 23x14x2
Peso: 0.4 kgs.
ISBN: 978-950-04-3221-4

¿Qué hay dentro de nosotros que reconoce tan nítidamente esa mágica hermandad con lo otro, con los otros, cuando aparece?” El título de este libro refiere a un texto de Joseph Brodsky, que a su vez alude al famoso acápite de Por quién doblan las campanas, tomado por Hemingway de un sermón político de John Donne. De esa clase de derivas, de ese encadenamiento de pequeñas historias, están hechas estas páginas. Sus crónicas componen un mosaico heterogéneo y fascinante, que es al mismo tiempo una bitácora de lecturas personales y un panorama de la literatura y las artes del pasado reciente. El Nabokov entomólogo, el Kawabata bohemio de Asakusa, el hermano manco de Wittgenstein, la legendaria Idea Vilariño, el peluquero de Picasso en Arlés, las vidas folletinescas de las hermanas Mitford, la ceguera de Borges tal como la fue anotando Bioy... Cada una de ellas encierra un relato acabado, pero a la vez entabla un diálogo con otros textos e incita, aun sin proponérselo, a nuevas lecturas. En ese sentido, Ningún hombre es una isla es la llave de acceso a una biblioteca. Suele afirmarse que todo buen escritor es, antes que nada, un buen lector. Ese doble rol en su versión más luminosa viene practicando Juan Forn en sus crónicas desde La tierra elegida. Se vale de una escritura dúctil y vívida para develar, a la manera de un mago o un detective, claves inadvertidas en los pliegues de lo que conocemos como cultura moderna. Juan Forn nació en noviembre de 1959 en Buenos Aires. Publicó los siguientes libros: Corazones (novela, 1987), Nadar de noche (cuentos, 1991), Frivolidad (novela, 1995), Puras mentiras (novela, 2001), La tierra elegida (crónicas, 2005) y María Domecq (novela, 2007). Trabajó quince años como editor (primero en Emecé, luego en Planeta), otros cinco como director de Radar, el suplemento de cultura de Página/12, y desde entonces vive en Villa Gesell.

Ningún hombre es una isla - Juan Forn

$2.020
Sin stock
Ningún hombre es una isla - Juan Forn $2.020
Compra protegida
Tus datos cuidados durante toda la compra.
Cambios y devoluciones
Si no te gusta, podés cambiarlo por otro o devolverlo.

Juan Forn
Ningún hombre es una isla
Emecé editores

Páginas: 272
Formato: 23x14x2
Peso: 0.4 kgs.
ISBN: 978-950-04-3221-4

¿Qué hay dentro de nosotros que reconoce tan nítidamente esa mágica hermandad con lo otro, con los otros, cuando aparece?” El título de este libro refiere a un texto de Joseph Brodsky, que a su vez alude al famoso acápite de Por quién doblan las campanas, tomado por Hemingway de un sermón político de John Donne. De esa clase de derivas, de ese encadenamiento de pequeñas historias, están hechas estas páginas. Sus crónicas componen un mosaico heterogéneo y fascinante, que es al mismo tiempo una bitácora de lecturas personales y un panorama de la literatura y las artes del pasado reciente. El Nabokov entomólogo, el Kawabata bohemio de Asakusa, el hermano manco de Wittgenstein, la legendaria Idea Vilariño, el peluquero de Picasso en Arlés, las vidas folletinescas de las hermanas Mitford, la ceguera de Borges tal como la fue anotando Bioy... Cada una de ellas encierra un relato acabado, pero a la vez entabla un diálogo con otros textos e incita, aun sin proponérselo, a nuevas lecturas. En ese sentido, Ningún hombre es una isla es la llave de acceso a una biblioteca. Suele afirmarse que todo buen escritor es, antes que nada, un buen lector. Ese doble rol en su versión más luminosa viene practicando Juan Forn en sus crónicas desde La tierra elegida. Se vale de una escritura dúctil y vívida para develar, a la manera de un mago o un detective, claves inadvertidas en los pliegues de lo que conocemos como cultura moderna. Juan Forn nació en noviembre de 1959 en Buenos Aires. Publicó los siguientes libros: Corazones (novela, 1987), Nadar de noche (cuentos, 1991), Frivolidad (novela, 1995), Puras mentiras (novela, 2001), La tierra elegida (crónicas, 2005) y María Domecq (novela, 2007). Trabajó quince años como editor (primero en Emecé, luego en Planeta), otros cinco como director de Radar, el suplemento de cultura de Página/12, y desde entonces vive en Villa Gesell.