WILLIAM BLAKE
Matrimonio del cielo y el infierno - Cantos de inocencia - Cantos de experiencia - William Blake
Visor Libros

Páginas: 212
Formato: 20x13x2
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 9788475220871

Edición Bilingüe. Traducción de Soledad Capurro y prólogo de Luis Cernuda. William Blake (1757 - 1827) ha sido calificado de <>, calificación que aquí repetimos sin pretender justificarla. No es sólo que en todo caso se trate de un místico heterodoxo, sino también de que la unión divina, de exitir en Blake, parece seguir un camino en extremo diferente del que sigue en el caso de la mayoría de los místicos, sean ortodoxos o heterodoxos. La visión divina la obtiene temprana y, diríamos, gratuitamente: ocho años tenía cuando vio un árbol poblado de ángeles y, al contar a su padre lo que había visto, sólo la intervención materna lo salvó de recibir una paliza por embustero. Ahí tenemos acaso el origen de por qué la palabra padre aparece cargada con una intención de tiranía y opresión en los escritos del poeta. Otra de sus experiencias místicas, sea anterior o posterior a la indicada primeramente, parece más sobrecogedora: cuando Dios mismo asoma su cabeza a la ventana y mira al niño.

Matrimonio del cielo y el infierno - Cantos de inocencia - Cantos de experiencia - William Blake

$23.790
Sin stock
Matrimonio del cielo y el infierno - Cantos de inocencia - Cantos de experiencia - William Blake $23.790
Compra protegida
Tus datos cuidados durante toda la compra.
Cambios y devoluciones
Si no te gusta, podés cambiarlo por otro o devolverlo.

WILLIAM BLAKE
Matrimonio del cielo y el infierno - Cantos de inocencia - Cantos de experiencia - William Blake
Visor Libros

Páginas: 212
Formato: 20x13x2
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 9788475220871

Edición Bilingüe. Traducción de Soledad Capurro y prólogo de Luis Cernuda. William Blake (1757 - 1827) ha sido calificado de <>, calificación que aquí repetimos sin pretender justificarla. No es sólo que en todo caso se trate de un místico heterodoxo, sino también de que la unión divina, de exitir en Blake, parece seguir un camino en extremo diferente del que sigue en el caso de la mayoría de los místicos, sean ortodoxos o heterodoxos. La visión divina la obtiene temprana y, diríamos, gratuitamente: ocho años tenía cuando vio un árbol poblado de ángeles y, al contar a su padre lo que había visto, sólo la intervención materna lo salvó de recibir una paliza por embustero. Ahí tenemos acaso el origen de por qué la palabra padre aparece cargada con una intención de tiranía y opresión en los escritos del poeta. Otra de sus experiencias místicas, sea anterior o posterior a la indicada primeramente, parece más sobrecogedora: cuando Dios mismo asoma su cabeza a la ventana y mira al niño.