Mercedes Halfon
Diario pinchado - Mercedes Halfon
Editorial Entropía

Páginas: 117
Formato: 17 x 12 x 1
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 9789871768592

Culpa de becarios como Morábito, Frisch, Chaves y Gombrowicz, no hay (casi) escritor que no se haya traído de Berlín su versión diario íntimo de la ciudad. Esa tradición es la que Mercedes Halfon recoge en su Diario pinchado con la sensibilidad de una observadora oportuna, que habla de sí cuando habla del mundo y viceversa. Y lo hace asumiendo un doble desafío: acá la diarista, como el futuro es mujer, y no es la titular de la beca sino la novia del becario. De novia esperada, ansiosa, entusiasta, la diarista pasa pronto, muy pronto, a ser una insistencia, un lastre y, por fin, una especie de apéndice malhumorado que el novio, demasiado absorto en sus cositas de poeta, deja suelto en Berlín, sin intuir el error que comete. Crónica a la vez triste y risueña, Diario pinchado degrada a su víctima y al mismo tiempo la redime, transformándola, nietzscheanamente, en eso que siempre fue: una outsider (una anti etnógrafa). Alguien a quien las cosas no le salen como esperaba y de un día para el otro, varada en una ciudad poco amable, debe arreglárselas con lo que tiene: talento para ser invisible, para ocupar espacios laterales que no quiere nadie, para inventarse vidas suplentes, complicidades artesanales, felicidades frágiles, modestas, de las que no teníamos noticias y que nos conmueven. Alan Pauls

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Culpa de becarios como Morábito, Frisch, Chaves y Gombrowicz, no hay (casi) escritor que no se haya traído de Berlín su versión diario íntimo de la ciudad. Esa tradición es la que Mercedes Halfon recoge en su Diario pinchado con la sensibilidad de una observadora oportuna, que habla de sí cuando habla del mundo y viceversa. Y lo hace asumiendo un doble desafío: acá la diarista, como el futuro es mujer, y no es la titular de la beca sino la novia del becario. De novia esperada, ansiosa, entusiasta, la diarista pasa pronto, muy pronto, a ser una insistencia, un lastre y, por fin, una especie de apéndice malhumorado que el novio, demasiado absorto en sus cositas de poeta, deja suelto en Berlín, sin intuir el error que comete. Crónica a la vez triste y risueña, Diario pinchado degrada a su víctima y al mismo tiempo la redime, transformándola, nietzscheanamente, en eso que siempre fue: una outsider (una anti etnógrafa). Alguien a quien las cosas no le salen como esperaba y de un día para el otro, varada en una ciudad poco amable, debe arreglárselas con lo que tiene: talento para ser invisible, para ocupar espacios laterales que no quiere nadie, para inventarse vidas suplentes, complicidades artesanales, felicidades frágiles, modestas, de las que no teníamos noticias y que nos conmueven. Alan Pauls