Benedikte Naubert
Cuentos populares alemanes
Siruela

Páginas: 294
Formato: 24x16x2
Peso: 0.5 kgs.
ISBN: 9788498412369

A Benedikte Naubert (Leipzig, 1756-1819), prolífica autora de novelas históricas y recopiladora de cuentos, se la puede considerar pionera del gusto romántico por el cuento popular en Alemania. Adelantándose a los hermanos Grimm, y a otros recopiladores de cuentos y de canciones populares como Clemens Brentano, Achim von Arnim o Ludwig Tieck, Benedikte Naubert recogió y reescribió leyendas germánicas como las de Genoveva, los Nibelungos, el rey de los Elfos o el flautista de Hamelin, destinadas a un lector popular. Con un gusto muy de la época, que intenta reproducir el supuesto estilo ingenuo, repetitivo y poco artificioso de la narración popular, los cuentos de Benedikte Naubert poseen cierta aspereza y cierta inmediatez, lo que, sin duda, hizo que gustaran al público de su tiempo. A pesar de su copiosa producción literaria, la autora guardó largo tiempo su anonimato y fue descubierta en 1817 gracias a un artículo publicado en un periódico. En cierto modo, se la puede considerar una precursora de la literatura de mujeres, que floreció durante el siglo XIX.

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Benedikte Naubert
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ISBN: 9788498412369

A Benedikte Naubert (Leipzig, 1756-1819), prolífica autora de novelas históricas y recopiladora de cuentos, se la puede considerar pionera del gusto romántico por el cuento popular en Alemania. Adelantándose a los hermanos Grimm, y a otros recopiladores de cuentos y de canciones populares como Clemens Brentano, Achim von Arnim o Ludwig Tieck, Benedikte Naubert recogió y reescribió leyendas germánicas como las de Genoveva, los Nibelungos, el rey de los Elfos o el flautista de Hamelin, destinadas a un lector popular. Con un gusto muy de la época, que intenta reproducir el supuesto estilo ingenuo, repetitivo y poco artificioso de la narración popular, los cuentos de Benedikte Naubert poseen cierta aspereza y cierta inmediatez, lo que, sin duda, hizo que gustaran al público de su tiempo. A pesar de su copiosa producción literaria, la autora guardó largo tiempo su anonimato y fue descubierta en 1817 gracias a un artículo publicado en un periódico. En cierto modo, se la puede considerar una precursora de la literatura de mujeres, que floreció durante el siglo XIX.