Ricardo Vivallo
Cuaderno de Guayaquil - Ricardo Vivallo
Saposcat

Páginas: 114
Formato: 19x14x2
Peso: 0.2 kgs.
ISBN: 9789569866029

Esta novela-collage fusiona las entradas de un diario (¿real?, ¿inventado?, ¿un poco de los dos?) en el cual la voz del narrador, aterrado de vivir, articula uno de los más devastadores retratos del joven nuevo, que no cumple los requerimientos victimizantes asociados a su generación, la que bordea los 30 años. Su meta es sentir menos, huir sin ir a ninguna parte, ?drenar el ruido? que lo paraliza. Una familia sostenida por lugares comunes, sexo que no conecta, amigos que aburren. Cada entrada de este texto encefálico va construyendo, ladrillo a ladrillo, un edificio que sin duda colapsará. Vivallo, como James Salter, entiende que solo las cosas conservadas por escrito tienen alguna posibilidad de ser reales. Y Cuaderno de Guayaquil es quizás demasiado real: después del morbo y la culpa, queda la sensación de espanto mezclada con empatía por este hombre que a veces no es más que un simulacro de sí mismo y que no romantiza el estar caído, encerrado, a la deriva. Vivallo ha escrito un texto definitivo. Crucemos los dedos que todo es invento. Alberto Fuguet

Cuaderno de Guayaquil - Ricardo Vivallo

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Esta novela-collage fusiona las entradas de un diario (¿real?, ¿inventado?, ¿un poco de los dos?) en el cual la voz del narrador, aterrado de vivir, articula uno de los más devastadores retratos del joven nuevo, que no cumple los requerimientos victimizantes asociados a su generación, la que bordea los 30 años. Su meta es sentir menos, huir sin ir a ninguna parte, ?drenar el ruido? que lo paraliza. Una familia sostenida por lugares comunes, sexo que no conecta, amigos que aburren. Cada entrada de este texto encefálico va construyendo, ladrillo a ladrillo, un edificio que sin duda colapsará. Vivallo, como James Salter, entiende que solo las cosas conservadas por escrito tienen alguna posibilidad de ser reales. Y Cuaderno de Guayaquil es quizás demasiado real: después del morbo y la culpa, queda la sensación de espanto mezclada con empatía por este hombre que a veces no es más que un simulacro de sí mismo y que no romantiza el estar caído, encerrado, a la deriva. Vivallo ha escrito un texto definitivo. Crucemos los dedos que todo es invento. Alberto Fuguet