Thomas Macho
Cerdos - Un retrato por Thomas Macho
Adriana Hidalgo

Páginas: 188
Formato: 19x13x2
Peso: 0.5 kgs.
ISBN: 9789878388489

Los cerdos son animales admirables pero a las vez inquietantes. Nos atraen y nos causan repulsión. Es difícil encontrar la distancia adecuada; las fronteras entre cerdos y hombres resultan un poco nítidas; las relaciones, ambivalentes. Nadie quiere que le digan "cerdo" o "chancho", ¿por qué? Los cerdos encarnan lo ominoso -en el sentido de Freud- que anida en los rincones de lo familiar: lo reprimido, oculto, escondido. Quien haya visto faenar cerdos, nunca olvidará sus gritos casi huamanos. Winston Churchill dijo: "Me gustan los cerdos. Los cerdos nos tratan como iguales". Pero nosotros no los tratamos como igual, los comemos. A diferencia de los pescados y los pollos, por lo general, los cerdos terminan en nuestros platos como embutidos o fiambres no nos recuerdan la forma del animal. Constantemente comemos cerdos sin percibirlos. Este libro nos cuenta también el extenso espacio imaginario que han ocupado los cerdos: desde mitos y fábulas, poemas, teatro y novelas, cuadros, películas y proyectos artísticos, hasta carteles de publicidad, juguetes y utensilios cotidianos un poco kitsch.

Cerdos - Un retrato por Thomas Macho

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Cerdos - Un retrato por Thomas Macho
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ISBN: 9789878388489

Los cerdos son animales admirables pero a las vez inquietantes. Nos atraen y nos causan repulsión. Es difícil encontrar la distancia adecuada; las fronteras entre cerdos y hombres resultan un poco nítidas; las relaciones, ambivalentes. Nadie quiere que le digan "cerdo" o "chancho", ¿por qué? Los cerdos encarnan lo ominoso -en el sentido de Freud- que anida en los rincones de lo familiar: lo reprimido, oculto, escondido. Quien haya visto faenar cerdos, nunca olvidará sus gritos casi huamanos. Winston Churchill dijo: "Me gustan los cerdos. Los cerdos nos tratan como iguales". Pero nosotros no los tratamos como igual, los comemos. A diferencia de los pescados y los pollos, por lo general, los cerdos terminan en nuestros platos como embutidos o fiambres no nos recuerdan la forma del animal. Constantemente comemos cerdos sin percibirlos. Este libro nos cuenta también el extenso espacio imaginario que han ocupado los cerdos: desde mitos y fábulas, poemas, teatro y novelas, cuadros, películas y proyectos artísticos, hasta carteles de publicidad, juguetes y utensilios cotidianos un poco kitsch.