Autores Varios
Argentina Lisérgica
Museo de Arte Moderno de Buenos Aires

Páginas: 320
Formato: 25x20x3
Peso: 0.7 kgs.
ISBN: 9789876732802

Este libro fue publicado para registrar una de las exhibiciones inaugurales de la nueva
etapa del Museo de Arte Moderno que comenzó en 2014. A partir de un importante
número de obras del patrimonio del museo, Argentina lisérgica: Visiones psicodélicas en
la colección del Museo de Arte Moderno invitó a reflexionar sobre una época en la que
el arte y la sociedad exploraron nuevas formas y buscaron romper límites establecidos.
Incluye un ensayo historiográfico y crítico de Rafael Cippolini y contiene numerosas vistas
de sala, así como reproducciones de obra de los artistas Tomás Abal, Roberto Aizenberg,
Juan Andino, Antonio Andujar, Hans (Jean) Arp, Pompeyo Audivert, Bandi Binder, Luis
Fernando Benedit, Ricardo Blanco, Osvaldo Borda, Mildred Burton, Miguel Caride, Alicia
Carletti, Carmelo Carrá, Domingo Casimiro, Juan Cavallero, Ángeles de Armas, Jorge
de la Vega, Noemí Di Benedetto, Thomas Downing, Armando Durante, Manuel Espinosa,
Rubén Fontana, Carlos Furman, Eduardo Giménez, Abdulio Giudice, Guillermo González
Ruiz, Luis Gowland Moreno, Juan Grela, Miguel Harte, Alberto Heredia, Narcisa Hirsch,
Bruno Janello, Eduardo Joselevich & Fanny Fingerman, Fabio Kacero, Gyula Kosice,
Ricardo Laham, Julio Le Parc, Reinaldo Leiro & Arnoldo Gaite, Leo Chiachio & Daniel
Giannone, Alfredo Londaibere, Eduardo Mac Entyre, Rómulo Macció, Víctor Magariños D.,
María Martorell, Elías Mekler, Marta Minujín, Carlos Mordó, Roberto Napoli & Emil Taboada,
Lowell Nesbitt, Oski, Aldo Paparella, Marta Peluffo, Pérez Celis, Rogelio Polesello, Marcelo
Pombo, María Laura San Martín, Alejandro Sarmiento, Omar Schirilo, Ariel Scornik, Antonio
Seguí, Aldo Sessa, Carlos Silva, Oscar Smoje, Charlie Squirru, Juan Stoppani, Berenice
Sydney, Georges Vantongerloo, Gregorio Vardánega, Victor Vasarely, Peter von Artens
y Xul Solar.

“Se ha glosado una y otra vez la narración de los capítulos históricos que llevan del descubrimiento
del LSD-25 (la droga psicodélica por excelencia, utilizada originariamente en la psiquiatría
experimental) a la contracultura. Pero, sobre todo, en la diferencia cultural de base entre esta
experiencia, consistente en la alteración de la percepción por medio de químicos de uso restrictivo,
y las estéticas que se derivan de su estandarización visual. Para decirlo de otro modo y con actores
locales, mientras que para Minujín la ingesta lisérgica fue un modo de ir más allá del pop, expandiendo
sus límites y consecuencias, para un artista como su contemporáneo Edgardo Giménez la imagen
psicodélica fue un recurso de imaginación gráfica, destinado a alimentar y complejizar su oficio de
comunicador visual.

La psicodelia de Minujín trasvasaba los mundos del arte y las subculturas de fines de los años 60,
mientras que la psicodelia de Giménez descubría, sin ningún tipo de químicos, dimensiones hasta el
momento inéditas en la iconografía pop, formas que muy pronto serían una invasión de colores,
planos y líneas subrayando definitivamente el paisaje estético de una época.”


Rafael Cippolini

Argentina Lisérgica

$40.000
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Museo de Arte Moderno de Buenos Aires

Páginas: 320
Formato: 25x20x3
Peso: 0.7 kgs.
ISBN: 9789876732802

Este libro fue publicado para registrar una de las exhibiciones inaugurales de la nueva
etapa del Museo de Arte Moderno que comenzó en 2014. A partir de un importante
número de obras del patrimonio del museo, Argentina lisérgica: Visiones psicodélicas en
la colección del Museo de Arte Moderno invitó a reflexionar sobre una época en la que
el arte y la sociedad exploraron nuevas formas y buscaron romper límites establecidos.
Incluye un ensayo historiográfico y crítico de Rafael Cippolini y contiene numerosas vistas
de sala, así como reproducciones de obra de los artistas Tomás Abal, Roberto Aizenberg,
Juan Andino, Antonio Andujar, Hans (Jean) Arp, Pompeyo Audivert, Bandi Binder, Luis
Fernando Benedit, Ricardo Blanco, Osvaldo Borda, Mildred Burton, Miguel Caride, Alicia
Carletti, Carmelo Carrá, Domingo Casimiro, Juan Cavallero, Ángeles de Armas, Jorge
de la Vega, Noemí Di Benedetto, Thomas Downing, Armando Durante, Manuel Espinosa,
Rubén Fontana, Carlos Furman, Eduardo Giménez, Abdulio Giudice, Guillermo González
Ruiz, Luis Gowland Moreno, Juan Grela, Miguel Harte, Alberto Heredia, Narcisa Hirsch,
Bruno Janello, Eduardo Joselevich & Fanny Fingerman, Fabio Kacero, Gyula Kosice,
Ricardo Laham, Julio Le Parc, Reinaldo Leiro & Arnoldo Gaite, Leo Chiachio & Daniel
Giannone, Alfredo Londaibere, Eduardo Mac Entyre, Rómulo Macció, Víctor Magariños D.,
María Martorell, Elías Mekler, Marta Minujín, Carlos Mordó, Roberto Napoli & Emil Taboada,
Lowell Nesbitt, Oski, Aldo Paparella, Marta Peluffo, Pérez Celis, Rogelio Polesello, Marcelo
Pombo, María Laura San Martín, Alejandro Sarmiento, Omar Schirilo, Ariel Scornik, Antonio
Seguí, Aldo Sessa, Carlos Silva, Oscar Smoje, Charlie Squirru, Juan Stoppani, Berenice
Sydney, Georges Vantongerloo, Gregorio Vardánega, Victor Vasarely, Peter von Artens
y Xul Solar.

“Se ha glosado una y otra vez la narración de los capítulos históricos que llevan del descubrimiento
del LSD-25 (la droga psicodélica por excelencia, utilizada originariamente en la psiquiatría
experimental) a la contracultura. Pero, sobre todo, en la diferencia cultural de base entre esta
experiencia, consistente en la alteración de la percepción por medio de químicos de uso restrictivo,
y las estéticas que se derivan de su estandarización visual. Para decirlo de otro modo y con actores
locales, mientras que para Minujín la ingesta lisérgica fue un modo de ir más allá del pop, expandiendo
sus límites y consecuencias, para un artista como su contemporáneo Edgardo Giménez la imagen
psicodélica fue un recurso de imaginación gráfica, destinado a alimentar y complejizar su oficio de
comunicador visual.

La psicodelia de Minujín trasvasaba los mundos del arte y las subculturas de fines de los años 60,
mientras que la psicodelia de Giménez descubría, sin ningún tipo de químicos, dimensiones hasta el
momento inéditas en la iconografía pop, formas que muy pronto serían una invasión de colores,
planos y líneas subrayando definitivamente el paisaje estético de una época.”


Rafael Cippolini